lunes, 10 de marzo de 2014

Chimeneas de Lanzarote

En esta entrada propongo hacer un ejercicio sumamente sano: pasear por nuestros pueblos con la cabeza erguida. Puede que en un principio nos resulte algo incómodo, pero les aseguro que el malestar tiene una rápida y maravillosa recompensa.

La arquitectura tradicional de Lanzarote se caracteriza, como cualquier arquitectura vernácula, por su inteligente sencillez, al presentar una óptima adaptación a los condicionantes climáticos y geográficos, y dar respuesta a las necesidades con una economía de medios basada en la sabiduría popular. El resultado es una arquitectura sin arquitectos, de formas cúbicas y paramentos blanquecinos dotada de una simplicidad y modestia extremadamente bellas.

En este paseo que sugiero, nuestra vista descubrirá, con sorpresa, que la horizontalidad predominante a menudo se ve rota por un elemento vertical: la chimenea. Aunque aparece en todas las islas del archipiélago, lo cierto es que en Lanzarote existe una enorme variedad de tipologías y formas, que no ha pasado desapercibida para los espíritus más sensibles, como el del crítico y escritor Juan Ramírez de Lucas, quien hablaba así de ellas en el libro Arquitectura Inédita:
Portada de Lanzarote. Arquitectura inédita
Una de las características arquitectónicas más inesperadas y singulares de Lanzarote son sus chimeneas. Chimeneas esculturales, desmesuradas, originalísimas, que no tienen parangón en ninguna de las otras islas canarias. De formas caprichosas y variadas, las chimeneas de Lanzarote evidencian la creatividad fecunda de los alarifes populares.
Curiosamente, un elemento eminentemente funcional, cuya misión es servir de salida al humo de la cocina, ayuda a romper la monotonía de la vivienda y adquiere cualidades altamente estéticas dotadas de una gran singularidad.
En las viviendas más humiles podemos encontrar sencillas chimeneas de mampostería de diversos acabados y formas, normalmente de base cuadrangular y remate piramidal o de tendencia circular, a las que, en ocasiones, se les añade madera e, incluso, se rematan con veletas. A este tipo, Santiago Alemán, en su libro Tesoros de la isla, le atribuye una influencia árabe y portuguesa.
Chimenea de mampostería y madera
de una vivienda de Tinajo
Chimenea de mampostería y madera
de una vivienda de Yaiza
Chimenea de mampostería y madera
de una vivienda de Tao
 Por contra, en las casas señoriales de Teguise encontramos los modelos más complejos y de mayor altura; chimeneas que, para Sebastián Jiménez Sánchez (Comisario Provincial de Excavaciones Arqueológicas):
Desde lejos y a la vista del caserío en declive dan idea de torres de fortalezas, de torres de iglesias y de modestas cúpulas de santuarios y palacetes.


Ilustraciones de Victoriano Rodríguez Cabrera que ilustran el artículo de Jiménez Sánchez
Efectivamente, encontramos chimeneas constituidas por la superposición de varios cuerpos de base piramidal, octogonal o circular, que se elevan con majestuosidad sobre las techumbres de las viviendas más señoriales de la antigua capital lanzaroteña, constituyendo un indicativo visual muy elocuente del poder de la familia que las habitaba.
Chimenea de varios cuerpos de una vivienda de Teguise

Chimenea de la Casa del Mayor Guerra (San Bartolomé)
El tercer modelo, en líneas generales, de chimenea que encontramos en la isla es, a su vez, uno de los más fascinantes y de mayor tradición no sólo arquitectónica, sino también literaria: las célebres chimeneas bizantinas, o bulbosas. El primero en hacer célebre esta tipología -y en darle esa denominación- fue el genial escritor tinerfeño Agustín Espinosa, quien, en su Lancelot 28º-7º, hace gala de su desbordante imaginación al atribuirles un hipotético origen bizantino, e incluso ruso:
Todas las chimeneas—las infinitas chimeneas—de Tinajo tienen fórmula cupular idéntica. La gran cúpula bizantina del alto caserón de Juan Cabrera mira desde su atalaya a las chimeneas—a las innumerables chimeneas — de Tinajo, y les impone su marca de fábrica.
Ilustración de Agustín Espinosa en el capítulo "Tinajo y el bizantinismo"

Descartada la influencia bizantina, muchos historiadores proponen una posible influencia morisca, portuguesa o castellana. Otros, como el doctor en Historia del Arte Sebastián Hernández, considera que la apariencia bulbosa se debe a que, sobre la estructura básica de la chimenea, se colocaba la "barriga de las piezas de alfarería locales", otorgando esa característica apariencia curva.

Las cúpulas bizantinas de Lanzarote son el conducto de las humaredas del epicentro
de las cocinas del diablo (César Manrique en Arquitectura Inédita)
Teorías aparte, es indudable el peso que este elemento ha ejercido sobre la arquitectura de la isla, siendo considerado como uno de los elementos vernáculos de mayor importancia. Por este motivo, fue reproducido en los edificios de estilo neocanario realizados durante el franquismo, como ocurre en el Parador Nacional de Turismo, en el cual el arquitecto Marrero Regalado reprodujo dos modelos inspirados en las chimeneas señoriales de Teguise.
De izquierda a derecha, chimeneas de: Teguise, Parador de Turismo y Monumento al Campesino

No obstante, el principal valedor estético de este elemento fue César Manrique. Siguiendo a Espinosa, supo captar la belleza intrínseca de las múltiples chimeneas de la isla, dedicándole a ellas un importante reportaje fotográfico en su libro Arquitectura inédita. Para el Monumento al campesino escogió una de las chimeneas de La Villa, pero, esta vez, con un claro componente lúdico, al reproducirla a una escala descomunal. Chimeneas de toda índole salpican igualmente el Taro de Tahíche.
Chimenea de Haría (izquierda) y Manrique junto a una de las chimeneas del Taro de Tahíche
(fotografía tomada de https://www.facebook.com/cesar.manrique)

Desde entonces, las chimeneas constituyen un elemento de primer orden para cualquier vivienda que desee reproducir el "estilo de Lanzarote", lo que nos habla del arraigo que poseen entre la población insular. Lamentablemente, de manera paralela a esta proliferación de nuevos modelos inspirados en los tradicionales, asistimos con dolor a la progresiva desaparición de los ejemplares auténticos, especialmente de las casas más humildes, cuyas techumbres, ante el estado de abandono en que se encuentran, se desploman sin remedio, desapareciendo con ellas, para siempre, las hermosas chimeneas.
FUENTES:
- ALEMÁN, Santiago: Tesoros de la isla, Cabildo de Lanzarote, 2000. 
- CÁRDENAS Y CHÁVARRI, Javier, et al.: Arquitectura popular rural de Lanzarote, Fundación Diego de Sagredo, 2007.
- ESPINOSA, Agustín: Lancelot 28º-7º, Alfa, 1929.
- HERNÁNDEZ GUTIÉRREZ, A. Sebastián: "Agua y arquitectura tradicional", en La cultura del agua en Lanzarote, Cabildo de Lanzarote, 2006.
- JIMÉNEZ SÁNCHEZ, Sebastián: "Chimeneas de Lanzarote", Falange, 12/11/1950, p. 3.
- MANRIQUE, César: Lanzarote. Arquitectura inédita, Cabildo de Lanzarote, 1988.
- PERERA BETANCORT, Francisca María: Arquitectura tradicional y elementos asociados de Lanzarote, Aderlan, 2009.